De sala en sala. En la de las Esculturas se exponen piezas virreinales producidas con elementos nativos, como el maguey, una fibra de tradición indígena incorporada en las técnicas españolas. Las figuras de Adán y Eva, son un ejemplo claro de esta peculiaridad virreinal.

En la sala de Ángeles y Arcángeles, se aprecian distintas representaciones de estos seres divinos considerados como los guerreros de Dios. Todos fueron retratados en cuadrospintados en el país. Aquí resaltan los arcángeles arcabuceros, es decir, ángeles con indumentarias de soldados coloniales y armados con un arcabuces. Así como el arcángel Gabriel y Rafael.

“El arte virreinal es esencialmente mestizo porque se mezclan los orígenes españoles con los peruanos. Los arcángeles son uno de los elementos más tradicionales del arte peruano virreinal, debido a que el sonido de la pólvora se asoció con Illapa, el dios inca del trueno”, aclara Alayza.

El director agrega que el tema del mestizaje es central en el museo. Una representación clara de su argumento es el cuadro Matrimonio de la ñusta con el capitán Martín de Loyola. Pintado en el siglo XVII, es uno de los más importantes de este atractivo barranquino.

“La expresión artística nos refleja una ceremonia en el que se junta la familia indígena con la española, para presenciar las nupcias que contrajo la princesa incaica, Beatriz Clara, con el gobernador español”, concluye.

Pero en esta casona de estilo francés construida a inicios del siglo XX, hay más salas por visitar: Manierismo, Advocaciones Marianas, Alegorías, Corredor de Santos, Cusco siglo XVII y XVIII, entre otras exposiciones permanentes y temporales.

Alayza resalta que “cuando uno va a un museo tiene la impresión de que todo es estático”, pero eso no sucede en estas salas. Aquí se realizan talleres educativos que tienen como fin recrear el periodo virreinal y reforzar lo aprendido durante el recorrido.